SEPTIEMBRE ECHAR EL GRITO…¿AL CIELO?

Juan Carlos Hernández Ascencio

Es propio de los mexicanos que en septiembre le tomen especial énfasis a la algarabía de recordar a las y los proceres que nos dieron patria unos recordados y otros más olvidados, según sea el gusto, por respetar la historia, siempre escrita por los ganadores a modo y cubriendo los intereses que a los implicados convienen.

Hoy día vemos un país tan diferente y polarizado provocado por las acciones de unos y otros en detrimento de la estabilidad en sectores diversos si, así es tristemente, pareciera que no habría mucho que festejar por tanto que hay que reflexionar, somos hoy día noticia internacional derivado de acciones no gratas para el país, sin embargo, nos mantenemos de pie con el ánimo, pues no hay de otra.

Pero qué le hace, que aún con tantas divergencias e infortunios por los que estamos atravesando, es obvio que sería ocioso mencionar tales vicisitudes, aún estamos de buenas y esperando mejores oportunidades, cada uno en lo suyo. Sin embargo, el mexicano de siempre es resistente, todo el tiempo lo ha sido, no importa como este el país, ni las condiciones por las que transcurren los días unos aciagos y otros peor. No, no importa porque hay que festejar y dejar el dolor que se asoma por varias puertas, usted sabe son perceptibles a cada momento.

No hay aún un poco de cordura en lo grotesco que existe y que parecemos olvidar, ante el bullicio del grito al unísono de ¡Viva México!, todo se olvida, aunque sea por un momento, un instante que nos haga respirar en esta mar y valle a la vez de lágrimas y de dolor. Ya se la sabe: crisis económica, de salud, inseguridad, empleo, medicinas y haga su lista según sus necesidades.

Aunque ya pasará el 27 de septiembre día de la consumación de la independencia que nos dio emancipación de la madre patria, España y que nos hizo fuertes y maduros, no sé cuánto, pero al fin libres para tomar nuestras propias decisiones en la gobernanza y cosa pública, así fue como este país se fue conformando y bueno, hoy tenemos lo que usted ve.

Mucho por México porque llega con plenitud a un año más de independencia, aunque se sufra, se batalle y se mendigue por caridad y necesidad por lo que por desgracia ahora atraviesa el país: nada bueno para nadie y mire usted que los datos ciertos así lo demuestran.

Mientras tanto apreste los oídos el ánimo y la garganta para echar el grito, aunque sea al cielo, como una esperanza de que estos días aciagos cambien y de que alguien aparte de Dios, tenga misericordia y nos llegue un respiro profundo para volver a decir: Viva México. Que no llegue el rumor de la discordia, sur sum corda…!