El entrenador de la selección de Alemania, Hansi Flick, expresó su firme oposición a que Qatar sea sede de la Copa del Mundo de 2022, a solo dos meses del partido inaugural, por cuestiones de derechos humanos y sostenibilidad.
El extécnico del Bayern Munich, Flick, llevará a Alemania a un torneo importante por primera vez, después de haber reemplazado a Joachim Low después de la eliminación de la potencia europea en octavos de final ante Inglaterra en la Eurocopa 2020.
Alemania se enfrentará a Japón, España y Costa Rica en el Grupo E, y jugará su primer partido contra Japón el 23 de noviembre, tres días después de que Qatar se enfrente a Ecuador en el duelo inaugural.
DEMASIADO TARDE
Flick dijo en una entrevista con el periódico alemán Süddeutsche Zeitung que la pregunta de si se aceptaba la candidatura de Qatar como justificada“debería haber sido respondida mucho antes, ¡con un no!“.
“Es obvio que muchas cosas están mal en Qatar en lo que respecta a los derechos humanos y la sostenibilidad”, dijo Flick.
El país árabe se ha enfrentado a críticas externas por su trato a los trabajadores migrantes, así como por su historial en materia de derechos de las mujeres y trato a las personas LGBTQ.
La experta en derechos humanos Amnistía Internacional pidió que se compense a los trabajadores migrantes por el “sufrimiento soportado” en Qatar durante los preparativos para la Copa del Mundo, demandó a la FIFA que apoye un “programa de compensación” y advirtió sobre la posibilidad de que el torneo quede “indeleblemente contaminado por abusos de derechos humanos”.
Flick ya expresó su preocupación por una Copa del Mundo de Qatar en el pasado.
En agosto, Flick dijo que la Copa del Mundo no sería un torneo “para fanáticos” y, en cambio, iría en contra de su creencia de que “el futbol debería estar ahí para todos”.
Dadas las limitadas instalaciones de alojamiento de Qatar, los altos costos que implica hacer el viaje y el cambio a la mitad de la temporada de clubes europeos, la competencia ha presentado problemas para los fanáticos, clubes y jugadores, incluso más allá de los debates morales.
Flick le dijo al Frankfurter Rundschau: “(Tengo amigos) a quienes les gustaría volar a Qatar, pero eligen no hacerlo por una variedad de razones. El futbol debería estar ahí para todos. Por eso digo que no es una Copa del Mundo para los fanáticos”.