Aunque el lanzamiento de Starship no tuvo el resultado esperado, el lema de SpaceX, «Fracasa rápido, pero aprende más rápido», sugiere que esta empresa seguirá innovando y trabajando para lograr sus objetivos en la exploración espacial.
El cohete Starship de SpaceX, creado por Elon Musk, había sido objeto de gran expectación durante la semana previa a su lanzamiento.
El objetivo de este vuelo de prueba era lograr que la nave espacial más potente jamás lanzada alcanzara velocidades lo suficientemente rápidas para entrar en órbita y aterrizar en el Océano Pacífico cerca de Hawái.
A pesar de que Musk ya había advertido que algo podría salir mal y que serían necesarios varios intentos antes de lograr el éxito, la explosión del cohete a los 4 minutos de su despegue sorprendió a muchos.
Te compartimos los motivos por los que el cohete explotó:
- La nave estaba en un vuelo de prueba para alcanzar velocidades lo suficientemente rápidas como para entrar en órbita y luego aterrizar en el Océano Pacífico cerca de Hawái.
- Durante el despegue, todo fue como se esperaba y los 33 motores del propulsor Super Heavy se encendieron sin problemas.
- Pocos minutos después, el cohete pasó por un período de máxima presión aerodinámica, uno de los momentos cruciales para el lanzamiento de cualquier nave, debido a la tensión a la que se somete.
- El cohete había superado esta etapa, aunque ya se habían apagado 6 de sus motores.
- Pocos segundos después, cuando debía producirse la separación del cohete Super Heavy que impulsa a Starship y esta cuando comenzaron los problemas.
- Para esta nave se eligió un sistema de separación del propulsor basado en la fuerza centrífuga: la nave gira sobre sí misma y la fuerza velocidad hace el resto.
- En este caso, no hubo separación y el sistema automático de terminación de vuelo destruyó el cohete para controlar los daños.