Rusia se adjudicó la victoria en una batalla de meses por la planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol, acercándose a su objetivo de controlar la región ucraniana de Donbás, y detuvo las exportaciones de gas a Finlandia en una escalada de una disputa por el pago de energía con los países occidentales.

Rusia también lanzó lo que parecía ser un gran asalto para tomar el último territorio ucraniano que quedaba en Lugansk, una de las dos provincias que conforman la región sudoriental de Donbás y donde los separatistas apoyados por Rusia ya controlaban territorio antes de la invasión del 24 de febrero.

Las últimas fuerzas ucranianas atrincheradas en la destrozada siderurgia de Azovstal, en Mariupol, se rindieron el viernes, informó el Ministerio de Defensa ruso, poniendo fin al asedio más sangriento de la guerra.

“El territorio de la planta metalúrgica de Azovstal (…) ha sido completamente liberado”, dijo el ministerio en un comunicado, añadiendo que 2.439 defensores se habían rendido en los últimos días, incluyendo 531 del grupo final.

Horas antes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que los militares ucranianos habían dicho a los últimos defensores de la acería que podían salir y salvar sus vidas. Los ucranianos no confirmaron inmediatamente las cifras de Azovstal.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania no comentó la afirmación de Rusia en su actualización matinal del sábado.

El fin de los combates en Mariúpol, la mayor ciudad que Rusia capturó hasta ahora y el principal puerto del Donbás, da al presidente ruso, Vladímir Putin, una rara victoria en la invasión tras varios reveses en casi tres meses de combates.

Putin dice que las tropas rusas participan en una “operación militar especial” para desmilitarizar Ucrania y librarla de los nacionalistas radicales antirrusos. Los países occidentales la califican de guerra de agresión no provocada.

La victoria en Mariúpol da a Rusia el control total del Mar de Azov y una franja ininterrumpida de territorio en el este y el sur de Ucrania.

La Cruz Roja ha registrado como prisioneros de guerra a cientos de ucranianos que se rindieron en la planta siderúrgica de Mariúpol y Kiev dice que quiere un canje. Moscú ha señalado que serán tratados con humanidad, pero políticos rusos han sostenido que algunos deben ser juzgados o incluso ejecutados.

Miles de personas han muerto en Ucrania y las zonas urbanas han quedado destrozadas por la guerra. Casi un tercio de la población ucraniana ha huido de sus hogares, y más de 6 millones han abandonado el país.

Disputa del gas

Mientras tanto, Rusia ha atizado una disputa energética con los países occidentales.

La empresa rusa Gazprom GAZP.MM interrumpió las exportaciones de gas a la vecina Finlandia, después de que ésta se negó a aceptar las exigencias rusas de pagar el suministro en rublos debido a las sanciones occidentales impuestas por la invasión de Ucrania.

La medida se tomó unos días después de que Finlandia y Suecia decidieron solicitar su ingreso en la alianza militar de la OTAN, un paso espoleado por la guerra de Ucrania.

“Las importaciones de gas a través del punto de entrada de Imatra se han detenido”, dijo el operador del sistema de gas finlandés Gasgrid Finlandia en un comunicado el sábado.

El mayorista de gas finlandés Gasum y Gazprom también confirmaron el cese de los flujos.

Gasum, el gobierno finlandés y las empresas consumidoras de gas de Finlandia han dicho que estaban preparados para el cierre de los flujos rusos y que el país se las arreglará sin ellos.

La mayoría de los contratos de suministro europeos están denominados en euros o dólares. Moscú ya había cortado el gas a Bulgaria y Polonia el mes pasado después de que se negaron a cumplir las nuevas condiciones de pago.

OFENSIVA EN LUHANSK

Rusia lanzó lo que parece ser un gran asalto para apoderarse del territorio que queda en manos ucranianas en Luhansk.

El gobernador regional de Luhansk, Serhiy Gaidai, dijo en una publicación en las redes sociales a primera hora del sábado que Rusia estaba tratando de destruir la ciudad de Sievierodonetsk, con combates en las afueras.

“Los bombardeos continúan desde la mañana hasta la tarde y también durante toda la noche”, dijo Gaidai en un video publicado en la aplicación de mensajería Telegram.

A pesar de haber perdido terreno en otros lugares en las últimas semanas, las fuerzas rusas han avanzado en el frente de Luhansk. La captura de las provincias de Luhansk y Donetsk permitiría a Moscú reivindicar una victoria tras anunciar el 25 de marzo que la región de Dombás era ahora su objetivo.

Las ciudades de Sievierodonetsk y Lysychansk, al otro lado del río Siverski Donets, forman la parte oriental de una área controlada por Ucrania que Rusia intenta invadir desde mediados de abril tras fracasar en su intento de capturar Kiev.

El ejército ruso también dijo el sábado que había destruido un importante cargamento de armas occidentales en la región ucraniana de Zhitómir, al oeste de Kiev, usando misiles de crucero Kalibr lanzados desde el mar.

Con información de Reuters

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